Hannibal Laguna inauguró la primera jornada de la Pasarela Costura España, dedicada a la moda nupcial y para bodas, con una colección cuyo hilo conductor son sus flores favoritas para una novia, desde el lirio hasta el jazmín, pasando por el loto.
"Muero por una flor", dice el diseñador, quien debuta con su primera colección de zapatos de boda.
Es verdad que las flores siempre están presentes en los vestidos de novia de Hannibal Laguna, pero esta vez las trabaja de manera individual y a tamaño real, de tal manera que para construir un vestido ha utilizado más de tres mil flores de jazmín realizado en seda y bordadas sobre un tul semitransparente.
"En este diseño han trabajado cinco personas durante tres semanas", explica Hannibal Laguna, quien asegura que "he elegido mis flores favoritas para las novias y las he convertido en vestidos, formando así un fabuloso jardín imaginario repleto de romanticismo".
Bajo la galería de cristal de Cibeles se descubren trajes nupciales con siluetas años 50, cuerpos semitrasparentes, llamativas espaldas al descubierto con fabulosos bordados y distintos largos, al tobillo, por encima de la rodilla o a ras del suelo.
"Hoy hay muchos escenarios para una boda, bien sea una playa de ensueño, un jardín inglés o un palacete, por ello es importante elegir bien el largo del vestido para que la novia esté cómoda", explica Laguna.
Junto a estos patrones también se ven siluetas etéreas y faldas sinuosas que revelan la maestría de un corte perfecto sobre tejidos como el crêpe, chantilly francés, organza, mikado de diamante o brocado de seda.
Hannibal Laguna trabaja para que sus colecciones sean vistas y se puedan comprar al momento. "Lo veo, lo quiero, lo compro", expresa Laguna, quien asegura que hoy las prendas se quieren la instante, son flechazos que no pueden esperar.
Los vestidos nupciales están acompañados de vistosos stilettos, sandalias atadas al tobillo o zapatos con el tacón metalizado en oro o cubierto de brillantina.
A continuación, María del Mar Núñez y Mara Álvarez, madre e hija que dan vida a la firma Pol Núñez, defienden una novia bohemia con siluetas lánguidas y vaporosas, alejada de las tendencias.
"Es una colección inspirada en la mujer española, mediterránea", cuenta Mara Álvarez, que juega con los tejidos y los volúmenes hasta crear hermosas mangas en los vestidos.
Las propuestas de estas sevillanas, además de tener un alto contenido lencero gracias a la mezcla de tejidos y guiños románticos, contienen vistosos bordados manuales y detalles de ganchillo, "un trabajo artesanal que siempre enriquece", cuenta Mara Álvarez.
Cobran protagonismo las espaldas al descubierto, las capas que hacen función de cola y los vestidos en dos piezas que aportan frescura y ligereza a los vestidos nupciales, ideados para novias con un espíritu tan libre como romántico.
Para la argentina Noemí Vallone, la novia es romántica con faldas con volumen y cuerpos de encaje. "Utilizo transparencias, faldones y bordados con la cintura marcada", cuenta la diseñadora que también expone el color negro en su colección.
La firma de tinerfeña Amarca, que presenta novia y fiesta, apuesta por el volumen, la cintura fruncida y los hombros desestructurados para construir una novia con alma guerrera.
Más minimalistas son los patrones de Sedomir Rodríguez de la Sierra, diseñador que prefiere una novia con la espalda descubierta y gran volumen en la falda.
Si las propuestas de Juan Carlos Armas presumen de cuerpos ajustados y siluetas refinadas, las de Tony Bonet se decantan por los cortes asimétricos.
Charo Ruiz cierra la jornada con una novia de siluetas estructuradas, cuellos altos, mangas acampanadas y vestidos corte princesa envueltos en el espíritu de la moda ibicenca.
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